Bienvenido/a al nuevo episodio del podcast.
Hoy hablaremos sobre la resolución de problemas. Veremos cómo resolver problemas, cómo comunicarte en situaciones difíciles y cómo gestionar aquello que te ha dolido o herido en la relación.
Cuando se tiene una buena comunicación y capacidad para resolver los problemas en común, se tienen más probabilidades de tener una relación más feliz.
Lo que ocurre en muchas relaciones es que se intenta poner los problemas debajo la alfombra, se evitan, ignoran y no se le da la suficiente atención que requieren. Entonces, se da el efecto bola de nieve y llega el momento en el que ni siquiera sabes cuál es el desencadenante, el motivo por el cuál estás tan mal con tu pareja.
Esto puede ser por la irresolución de algún problema o por no haber comunicado lo que te molesta, desencadenando una fuente de frustración y malestar en la relación. No te sientes bien y encuentras muy difícil desglosar todo.
¿Cómo saber que hay un problema en la relación?
Lo sabes en el momento en el que una situación en concreto te genera malestar, ansiedad, estrés, irritabilidad, enfado…
- Hay un problema cuando reclamas un cambio por algo que no te gusta y la actitud de la otra persona es repetitiva.
- Hay un problema cuando hay algo que no te gusta y lo único que haces es callar.
Ninguna de estas dos maneras dan solución al problema. La primera es más agresiva, se exige un cambio, en la segundo, se es pasivo y ya sí que no hay manera de solucionar nada.
La manera en la que interactúas con tu pareja y los demás definirá tus relaciones. En el momento que tú tengas la capacidad de comunicar y expresar con asertividad un problema y buscar una solución, la calidad de tus relaciones mejorará exponencialmente. Después ya se verá si se consigue encontrar una solución o no. En caso negativo, tendrás que plantearte si quieres continuar en la relación o no. Pero lo que de seguro tienes que tener claro es que:
Reclamar o ignorar no da una solución a largo plazo.
Así pues, vamos a ver cómo abordar un problema:
¿Qué es importante evitar cuando hay un problema?
- En primer lugar, evita la crítica.
La crítica lo único que hace es expresar el malestar hacia la otra persona en forma de: “no me gusta lo que estás haciendo”, “tienes que cambiar”, “¿Por qué eres así?”. Lo único que consigues con esto es que la otra persona se sienta atacada y hacerla sentir que está haciendo algo mal constantemente, lo que no termina de ayudar.
- Otra cosa a evitar es tomar una actitud defensiva.
Lo que vendría a ser: “¿Por qué me haces esto?”, “No vuelvas a hablarme así”, etc
- Evita también el desprecio.
Por ejemplo, hacer ver a la otra persona que su conducta te causa vergüenza o lástima.
- Un factor importante a evitar es el hablar mucho sin dejar hablar al otro.
En este caso estarías haciendo un monólogo sobre lo que te pasa, pero no estás escuchando. Escuchar es muy importante a la hora de poner solución a los problemas, porque se tiene que poner en común lo que cada uno piensa al respecto.
¿Qué factores importantes tengo que tener en cuenta?
Algunos ya los he comentado anteriormente:
- La escucha activa: estar presente en la conversación y dejar hablar a la otra persona y escuchar qué es lo que tiene que decirnos.
- Tomarse una pausa. Los momentos de resolución de problemas son momentos muy tensos y llenos de emociones. Tienes derecho a decir que prefieres tomarte una pausa para calmarte, pensar y retomar la conversación más tarde.
- Tener como intención solucionar el problema. Comunica cuál es tu intención al hablar este problema en lugar de echar la culpa. Lo ideal sería que ambas personas pudieran poner en común su punto de vista y, tras eso, llegar a un acuerdo.
- Recordar el objetivo de la conversación. A veces los problemas se van magnificando y empieza una lucha de poder en el que uno acusa al otro y viceversa. Lo ideal es hablar tema por tema e ir zanjando, porque sino será muy difícil poder poner una solución. Se tiene que ir, tema por tema, problemática por problemática. Cada tema tendrá su propia solución.
¿Cómo se llega a un acuerdo?
En primer lugar, se trata de identificar el problema real, qué es lo que sucede. Sea una cosa que moleste a ti o a tu pareja, o que te haga sentir atacado/a o simplemente algo que le quieres comentar.
Pregúntate:
- ¿Qué es lo que te está molestando?
- ¿Cómo te sientes?
- ¿Qué es lo que está ocurriendo?
- ¿Tienes claro lo que le quieres comentar a tu pareja?
Puede que te resulte algo complicado comunicar e identificar eso. Para mejorarlo puedes trabajar la asertividad y la gestión emocional.
En segundo lugar, te diría de buscar un espacio tranquilo y relajado, en el que te sientas seguro/a. Este espacio tiene que permitiros hablar a los dos sin distracciones y en el que la conversación pueda fluir. Eso os permitirá concentraros y practicar la escucha activa. Sobre todo, evitar tener una actitud defensiva, no se trata de ver quién tiene razón, sinó de comunicar bien cuál es el problema.
Continúa por empezar a explicar cómo te sientes y qué es lo que ha sucedido. No te limites a expresar enfado o ira, define cuáles son las emociones que sientes que desencadenan ese enfado o ira. Estas emociones secundarias pueden ser frustración, tristeza, decepción… Expresa que un comportamiento de tu pareja o algo que ha sucedido en la relación, te está doliendo. Lo importante de la asertividad es que empieces frases diciendo “Yo me siento así” o “Yo siento que funcionará mejor si hacemos así”.
A continuación, deja que tu pareja se exprese sobre el tema. Puedes incluso preguntar: “Oye, qué es lo que tú piensas?”. Tienes que dejarle expresarse. No es que por el hecho de ser tú quién tiene el problema solo tengas que ser tú quién habla, no. Si haces así no estarías solucionando el problema porque solo estás exigiendo. Probablemente se pondría a la defensiva o adoptaría una actitud más agresiva.
En el momento que das espacio a la otra persona para que se exprese, es mucho más probable que él/ella no adopte una actitud activa o pasiva. Le estás comunicando que importa su opinión.
Después de haberos expresado los dos, habrá llegado el momento de llegar a un acuerdo. Podrías partir con un “Vale, entiendo que esto es lo que tú sientes y piensas al respecto. ¿Qué crees que podemos hacer para mejorar esto?” . Después de preguntar eso, podéis hacer un Brainstorming o lluvia de ideas para encontrar una posible solución.
En el momento en el que ambos llegáis a ese acuerdo, los dos tenéis que tomar responsabilidad al respecto. Será algo así “Vale, me comprometo a hacerlo por ti, porque quiero que estés bien”. Los dos tendrías que salir ganando en este acuerdo, no se trata de quitar nada a nadie. Se trata de literalmente estar de acuerdo. Los dos creéis que eso que habéis decidido va a tener una recompensa y va a valer la pena para la relación.
No dejes que el ego y el orgullo te jueguen una mala pasada. Sé que el ego y el orgullo suelen estar presentes e impiden que te comuniques para “no perder tu dignidad”, como si quisieras proteger ese ego.
Al final una relación también es dar. Dar para ver y recibir el bienestar de la otra persona. Ver que es feliz con lo que tú estás haciendo. A veces, uno tendrá que dar su brazo un poco a torcer, siempre y cuando esté dentro de sus límites, para que la relación funcione. Sí chico/as, la relación también es “Ostras, a mi pareja le está doliendo esto que yo estoy haciendo. ¿Vale la pena que yo cambie un poco para que mi pareja esté mejor?” Si la respuesta es que sí, genial. Si es que no, que no quieres cambiar, entonces comunícalo. y
Comunícalo, no hay ningún problema, aquí ya sabemos que somos todos seres humanos y que no vamos a estar de acuerdo en todo. Habrá cosas que podamos solucionar y habrá otras que no. Pero dentro de lo que no se puede solucionar, quizá se puede ser un poco flexible con las cosas que sí que puede solucionar y poner porte de uno mismo/a para que la relación siga funcionando.
La importancia de poner de tu parte. La mayoría de problemas en las relaciones no se resuelven por el simple hecho que alguno de los dos o ninguno está poniendo de su parte. No se está poniendo la madurez, el interés, el trabajo ni la responsabilidad suficiente como para resolver el problema.
Reforzar positivamente la nueva conducta instaurada en la relación. Al ver que tu pareja está haciendo por ti algo que sabes que a él/ella le puede estar costando un poco o le es nuevo, solo por hacerte estar mejor, puedes reforzar esa conducta.
Una manera de reforzarlo sería: “Ostras, muchas gracias por hacerlo” o “Sé que esto para ti es difícil, pero me alegro mucho que lo hayas considerado. Me alegra mucho ver que me estás ayudando”” y evitar comentarios como “ves como no era tan difícil”.
Ejemplo de acuerdo:
Cuando los integrantes de una pareja van a vivir juntos y se tienen que dividir las tareas de la casa. En la mayoría de los casos uno de los integrantes está más pendiente de estas tareas y llega el punto en el que diga: “Ostras, yo ya no quiero seguir haciendo esto porque soy el/la único/a que está haciendo algo para esta casa. No. Quiero que mi pareja me ayude y nos dividamos las tareas.”
Entonces, identifiquemos el problema:
- Quiero que mi pareja me ayude con las tareas de casa porque siento que soy yo el/la único/a que las lleva a cabo.
Encontremos un espacio:
- Sentaros los dos en un lugar tranquilo
Explica cómo te sientes:
- “Mira, quiero decirte que llevo mucho tiempo limpiando yo solo/a la casa. Es algo que me irrita porque siento que tú no estás poniendo el mismo esfuerzo que yo. A mi me ayudaría muchísimo ver que tú también estás involucrado/a en las tareas. Sé que tienes la agenda ocupada pero podríamos ver un poco como cada uno cada semana puede hacer alguna de las tareas. Así me ayudarías muchísimo”
Deja que tu pareja se exprese:
- ¿Qué es lo que tu pareja piensa al respecto?
Negociar un acuerdo:
- Preguntaros recíprocamente: ¿Cómo te podrías ayudar? ¿Qué es con lo que te sientes más cómodo/a?
Refuerzo positivo:
- Cuando finalmente se esté llevando a cabo ese acuerdo y veas que tu pareja está haciendo también las tareas, en ese momento puedes decir: “Ay cariño, muchas gracias por hacerlo. De verdad me estás ayudando mucho”
Esta simple estructura. Este llegar a un acuerdo, al final, ayuda muchísimo a las relaciones. El saber resolver problemas y llegar a acuerdos mutuos, ayuda muchísimo a mejorar la calidad de la relación.
Lo mejor es evitar entrar en el loop en que algo te molesta – te callas – te molesta – te callas – hasta que explotas, tu pareja te recrimina algo y en ese momento tú sueltas todo lo que llevabas callándote tanto tiempo.
En el momento en que identificas algo que te está causando algo de incomodidad, háblalo. Si tu pareja no te entiende y no te quiere ayudar entonces tienes que valorar si puedes soportar esa cosa o si bien tienes que tomar una decisión más radical.
Algunos consejos finales
Para aliviar el proceso te aconsejo que:
- En el momento de exponer tus soluciones preguntes: ¿Oye, y tú qué crees? ¿Tú qué opinas? ¿Crees que podríamos hacerlo así? ¿Sugieres otra solución?
En lugar de expresar “tienes que hacer esto” sería mejor que dijeras “Me gustaría que hicieras esto por mi”. O bien. en lugar de “Oye, es que tú debes hacerlo”, decir “Oye, es que podrías hacerlo si quisieras”. Trata de evitar esa connotación más negativa, de obligación o exigencia. Usa un tono más abierto y que de pie a que la persona sienta que puede elegir.
- En el momento del refuerzo positivo uses: “Estoy muy orgulloso/a de ti”, “Muchas gracias, me siento mucho más aliviado/a”, “Estoy orgulloso/a de que lo hayamos solucionado”
- Durante el conflicto digas frases del tipo: “Ayúdame a entenderte”, “Por favor, explícame otra vez a qué te refieres”, “Vamos a tratar de verlo desde otra perspectiva”, “¿Qué es lo que sientes que podría hacer yo para mejorar la situación? Me gustaría que trabajemos juntos para encontrar la solución”. Se trata de hacer trabajo en equipo, sois una barca en la que los dos remáis.
Con todo esto, al final, lo que perseguimos, es simplemente conseguir la mejor versión de la relación.
Espero que estas herramientas para mejorar la gestión de conflictos te ayuden en tu/tus relación/es.
¡Nos vemos en el próximo!
Resumen del Episodio 9: Cómo gestionar conflictos:
- ¿Cómo saber que hay un problema en la relación? Existe algo que te genera irritabilidad y te molesta. No se cambia ese comportamiento porque o bien lo estás exigiendo o bien lo estás ignorando o callando.
- ¿Qué es importante evitar cuando hay un problema? La crítica, la actitud defensiva, el desprecio y no dejar hablar al otro/a.
- ¿Qué factores importantes tengo que tener en cuenta? La escucha activa, el derecho de tomarse una pausa, que la intención sea solucionar el problema y recordar el objetivo de la conversación.
¿Cómo se llega a un acuerdo? Por orden: identifica el problema, busca un espacio tranquilo, explica cómo te sientes, escucha cómo la otra persona se siente, negocia, un acuerdo o un punto medio, toma responsabilidad, refuerza positivamente.